¿Profesión? Viuda

Recuerdo una conversación entre mi padre, a la sazón Policía Civil retirado y su hermano Edmundo, un abogado exitoso aunque no de causas de primera plana. Debe haber sido a fines de los 70.
– Lucho -le dijo- ¿Sabes cuantos sueldos de General de Ejército se pagan hoy en nuestro país?.
Mi viejo no tenía idea, y se lo hizo saber.
– Ciento setenta y ocho. Y tenemos cuarenta y dos generales no más.
¿Cómo, entonces, se pagan tantos más?
Fácil. Eran las viudas de los generales que, de acuerdo con el sistema previsional de las Fuerzas Armadas tenían derecho a una pensión por el mismo monto de sus fallecidos esposos, afectos al sistema que ellos llaman, coloquialmente, la Perseguidora que no es otra cosa que el reajuste de la pensión de viudez en paralelo con las rentas de los funcionarios activos.
Y no era nada inusual que esas viudas generarán algún tipo de relación con otro individuo…en no pocos casos con otro uniformado con el cual llegaban solo hasta la convivencia porque las normas eran muy claras. Toda viuda que contrajese nuevamente nupcias perdía automáticamente el derecho a la jugosa pensión de viudez.
Esa inmoralidad luego la viviría en mi propia familia, con mi madre que hasta su muerte cobró la pensión de viudez de Prefecto de Investigaciones que equivalía al de General de Ejército. Con perseguidora, claro, y derecho al excelente sistema de bienestar y salud que tienen las FFAA.
Cuando el gobierno de la época acordó a modo de reparación a las viudas de los detenidos desaparecidos, los ejecutados y los asesinados el pago de una pensión de gracia se dieron no pocos casos de mujeres que ya hacía muchos años estaban separadas de hecho de sus esposos que presentaron la documentación pertinente para cobrar ese dinero de un hombre a los que, en algunos casos, no veían por lo menos unos diez años.
De hecho, habían estudios de abogados que por años se dedicaron a buscar viudas de víctimas de violación a los derechos humanos tal como lo hacen buscando herederos de dividendos impagos de acciones de bolsa de valores.
Trabajaban «a resulta» y la iniciativa hizo crecer desmesuradamente la lista de viudas con derecho a cobrar los beneficios económicos preparatorios que se establecieron por ley.
En 1960 Salvador Allende contrató como su secretaria personal a Miriam Contreras Bell, hija de una pareja de vecinos convirtiéndola a poco andar en su amante.
Era quién estaba con él en La Moneda para el golpe y un hijo de ésta fue asesinado ese día en la Intendencia de Santiago .
No había quién no supiese si bien Hortencia Bussi era la primera dama la pareja de Allende era La Payita.
Y…como era de esperarse fue la primera quien recorrió el mundo en su rol de viuda doliente…con todos los beneficios que ello le terminaron reportando.
No hace mucho falleció Joan Turner, viuda de Victor Jara.
Ella en forma personal y a través de la Fundación Victor Jara más una suerte de royalty que obtenía por cuanta actividad cultural o no (porque…aunque usted no lo crea Victor Jara es marca registrada) más las constantes rendiciones de sus discos le significaban a ella y su familia cuantiosos ingresos.
No cabe duda que para no pocos la viudez ha terminado siendo un pingüe negocio.

Alejandro Iglesias