Cómo enfrentar la cesantía en el hogar
El desempleo dentro del núcleo familiar tiene consecuencias profundas. El empleo es lo que permite acceder a los bienes y servicios que forman parte de la vida cotidiana. Ante la pérdida de trabajo, el poder adquisitivo se ve afectado, lo que lleva inevitablemente a una disminución en el consumo. Sin embargo, las obligaciones financieras no se detienen, ya que las deudas y cuotas acordadas con bancos y tiendas comerciales deben cumplirse independientemente de la situación laboral. Por lo tanto, aunque se carezca de ingresos estables, las cuentas seguirán llegando, ejerciendo mayor presión sobre la economía de la familia.
En tiempos de crisis económica es esencial reorganizar el presupuesto y establecer prioridades claras. En este escenario, reconocer los bienes básicos y distinguirlos de los de lujo se vuelve una estrategia fundamental para gestionar los recursos de manera eficiente. Sin embargo, esta reorganización no es el único camino posible.
En una economía de libre mercado, aprovechar los activos disponibles en el hogar para iniciar un negocio no solo es una opción factible, sino también necesaria en tiempos de incertidumbre. Esto permite abrir dos vías de ingreso: la búsqueda tradicional de empleo y la generación de recursos mediante un emprendimiento propio. Muchos hogares recurren a desarrollar pequeños negocios para generar ingresos mientras el mercado laboral sigue ajustándose. Este tipo de iniciativas pueden ofrecer un alivio económico y permitir a las familias superar periodos difíciles.
Es importante recordar que la economía es cíclica. Los periodos de desaceleración y alta cesantía son temporales, y la historia demuestra que la recuperación suele llegar. Mientras tanto, las familias deben ser resilientes y creativas, buscando formas alternativas para generar ingresos hasta que el panorama económico mejore.
Denis Muñoz Académico Carrera de Ingeniería Comercial, UDLA, Sede Concepción