Crecimiento de la población y su relación con la educación
El crecimiento desmesurado de la población entrega una posibilidad de reflexionar en torno a sus desafíos. Actualmente, hay 8 mil millones de habitantes en todo el mundo y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su informe de perspectivas de población mundial, proyecta a 9.700 millones para el año 2050.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2021, informó que 60% de la población global vive en Asia, mientras que sólo el 17% en África, a pesar de que este continente tiene la tasa de crecimiento más alta. Dicho escenario plantea diversos retos en términos de acceso y calidad de la educación, dado que justamente se concibe como una herramienta poderosa tanto para mejorar las condiciones socioeconómicas, como para controlar la natalidad.
En el caso de Chile, el último censo realizado el 2017, sitúa a la población en 17.574.000 habitantes, cifra que en la actualidad ha aumentado por causas naturales y por la migración. Esta situación impacta en la promoción de políticas inclusivas y focos educativos en la multiculturalidad y derechos humanos. Asimismo, genera otros problemas, como la falta de matrícula escolar que hubo en algunas comunas del país a inicios de este año.
La UNESCO indicó en el 2022, que más de 250 millones de niños y jóvenes no asisten a la escuela. Esta situación deja en evidencia una brecha entre regiones del mundo, pero especialmente dentro de las naciones más pobres. Tanto la falta de recursos económicos como el alto número de habitantes agudiza esta problemática, dejando entrever que la planificación familiar tiene un impacto directo en la educación.
Por otra parte, la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF) señaló en 2021, que más de 218 millones de mujeres en países en desarrollo tienen una necesidad insatisfecha de anticonceptivos modernos, lo que repercute en el aumento de la población, muchas veces en situación de pobreza. Lo anterior afecta directamente en la continuidad de estudios de una gran parte de estas mujeres, generando un círculo vicioso que es posible evitar con políticas atingentes y capitales invertidos de manera eficiente.
Si se corrige a tiempo, se puede reducir la carga demográfica y liberar recursos para invertir en educación u otras áreas que estén destinadas a mejorar la calidad de vida de las personas.
Cristián Villegas Director Instituto de Educación y Lenguaje Universidad de Las Américas