CUANDO UN EXTRANJERO NO RESPETA SU BARRIO

ELPROA
El Diario de San Antonio

En las redes sociales y en la televisión abierta en los últimos días se han difundido imágenes de un venezolano prácticamente gritando por un megáfono“Atención vecino: Si te molesta la bulla múdate del barrio y el que quiera perder su tiempo que me aconseje, que estoy en robo pero feo”. Siendo estas palabras, una clara incitación a la violencia xenofóbica de parte de algunos chilenos y extranjeros residentes en el país. Estos extranjeros están actuando mal y faltando el respeto al país que les ha brindado la oportunidad de surgir y vivir mejor de cómo lo hacían en sus respectivos países. Ese comportamiento habla pésimamente mal de ellos.
Sin bajar ni subir el perfil a lo anterior, hay que reconocer lo mal que se ha trabajado en el proceso migratorio en Chile; pasando por las malas administraciones en ese aspecto de los distintos gobiernos de turno desde el 2017 a la fecha. Estamos viviendo una crisis migratoria sin precedentes en nuestra historia de gente proveniente de Venezuela, Colombia, Bolivia y Perú; incluyendo a los haitianos que ingresaron al país desde el 2006.
Lamentablemente, hay que reconocer que por motivo de ese tipo de dichos y comportamientos de esos extranjeros, muchos compatriotas están siendo racistas y ofensivos en sus comentarios de disgustos: “Que negro tal por cual; que muertos de hambre hijos de su madre, vuelvan a sus países”; epítetos que claramente enturbian las buenas relaciones humanas en los barrios donde suceden estos discursos, abalado por nuestra idiosincrasia, ya que no me cabe ninguna duda que en parte si somos una nación con un importante porcentaje de ciudadanía con características de comportamientos discriminatorios y clasistas.
Las cosas por su nombre. Si hay que decirlo, una muy importante parte de la sociedad chilena y de todos los extractos sociales,“ES, HA SIDO Y SERÁ” discriminatoria social, racial y sexualmente, en lo que respecta a la diversidad de razas, genotipos humanos, condiciones socioculturales, situaciones económicas y laborales; discapacidades y condiciones sexuales. Es bueno recordar de vez en cuando lo citado, aunque moleste, e incluso es pertinente refrescar nuestra menoría y acordarnos que somos una nación formada por inmigrantes de distintas nacionalidades mestizados con los pueblos originarios de Chile.
Sin embargo, muchos extranjeros no están aportando a un sano vivir con los chilenos y sus compatriotas ya residentes en el país con ese actuar y están incitando a un exagerado nacionalismo que no aporta nada a una convivencia armoniosa en esta tierra que les abrió sus puertas para que vivan mejor que en el país donde nacieron.
La gran mayoría de las veces mis críticas en este tenor son constructivas y no son generalizadas metiendo a todos los migrantes en el mismo saco. Hay muchos que han venido aportar significativamente con su trabajo, buenas costumbres e idiosincrasia a esta nación pluralista; esperanzados en un mejor futuro para sus familias e igualmente hay muchos chilenos que reconocen el buen vivir de muchos extranjeros. Recomiendo a los chilenos y autoexiliados de buen vivir que pongan paños fríos a sus comentarios y que los últimos se adapten paulatinamente a nuestra forma de ser; inyectando lo positivo de sus culturas decentemente, no con insultos y palabras pendencieras, recuerden que Chile ha sido una nación que los ha adoptado y solo les pide que respeten las normas y leyes establecidas en este país. Una conducta antagónica con un mal proceder, traerá malos resultados.

HUBERZZA