Abordaje de la multimorbilidad: un cambio desde las voluntades

Durante las últimas décadas hemos visto avances en el control de enfermedades infecciosas, pero también ha surgido un descontrol de las enfermedades crónicas no transmisibles. Esto se refleja en los resultados de la Encuesta Nacional de Salud (ENS) del 2016, evidenciando una necesidad de cambiar la forma en la que estamos actuando como modelo de salud.

La esperanza de vida aumentó para la población chilena, pero con cuestionable calidad de vida, asociada a enfermedades crónicas, pérdida de funcionalidad e incluso discapacidad, lo que se traduce para el sistema de salud en mayor consumo de medicamentos, intervenciones hospitalarias por descompensación de patologías base y tratamientos de alto costo, incluyendo en este panorama los trastornos de salud mental. Otro elemento de importancia son los determinantes sociales de la salud y cómo estos contribuyen a la aparición temprana de patologías crónicas en los niveles socioeconómicos más bajos.

Los principios de la Atención de Salud Primaria (APS) otorgan una gran oportunidad, considerando la centralidad en el paciente, la continuidad y la integralidad, bajo un modelo de gestión comunitario, tributando a un sistema más efectivo, eficiente y justo. Sin duda, las estrategias de promoción y prevención tienen mucho que aportar a lo largo del ciclo de vida, entregando las herramientas necesarias para el empoderamiento de la población en torno a su salud.

Repensar el modelo de atención involucra el reencantamiento de los funcionarios de salud desde la perspectiva comunitaria y organizacional, y dejar el asistencialismo de los centros de salud en el cual están inmersos. Para esto se requiere que las estrategias sean bien planificadas, que permita una conducción coordinada interniveles, entendiendo la importancia de que todos ellos se comuniquen en torno al paciente crónico.

El cambio es un desafío necesario, pues pese a su éxito inicial, hoy el modelo no da respuesta a la alta carga de patologías crónicas que ha ido acumulando nuestra población. Con una pandemia a cuestas, en la que hemos visto como los determinantes sociales de la salud tienen injerencia directa sobre la progresión del Covid-19, e incluso en la sobrevida, es momento de ver la gestión local desde la comunidad. Es obligatorio el trabajo con los distintos niveles (comunidad, APS, secundario, terciario). Hay mucho trabajo también en lo organizacional, desde el ingreso del funcionario de salud al establecimiento y su correspondiente rol en el nivel y sistema de salud. Este cambio, sin duda, se refuerza desde las voluntades.

Gonzalo Pacheco Villagra
Asesor en Gerencia y Políticas Públicas
Académico de Kinesiología
Universidad San Sebastián