Dios es humilde
«Ninguna época ha sabido tantas y tan diversas cosas del hombre como la nuestra, pero en verdad nunca se ha sabido menos qué es el hombre»
Martín Heidegger.
Seis meses después de terminadas las hostilidades de la Primera Guerra Mundial se firmó en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles el tratado de paz bautizado homonimamente.
Alemania debió someterse a las disposiciones impuestas por el bando ganador.
Se le impuso sanciones de orden pecuniario, militar y moral.
1. El total desarme de sus fuerzas armadas
2. Concesiones territoriales que le significaron la pérdida de grandes zonas de lo que hasta ese momento era el Imperio Alemán.
3. Exorbitantes indemnizaciones en dinero a beneficio de los estados vencedores (Que…aunque cueste creerlo terminó de pagar en 1983) con la suma de 125 millones de euros. Y…por último.
4. Aceptar la responsabilidad moral y material de haber causado la guerra.
Los historiadores están de acuerdo en que tal tratado hirió el orgullo germano y fue a la larga el germen del nacionalismo que Hitler canalizara y llevase a Alemania a embarcarse en una nueva guerra que esperaban les restañara el orgullo herido.
Siempre se ha sabido que nada hay que alimente más rencor entre los seres humanos que el abuso que comenten los ganadores con los vencidos.
Desde mediados del siglo pasado la derecha ha elegido a dos presidentes; Jorge Alessandri y Sebastián Piñera. Ya en su primer periodo este último dio muestras de que el poder los había mareado. Es cosa de recordar la frase; «en veinte días hemos hecho más que la Concertación en 20 años. O ese presuntuoso eslogan de «el Gobierno de los mejores». O la recomendación del ex ministro Larraín ( Economía). quien consultado por la prensa sobre el alza de los alimentos recomendó comprar flores porque estas habían bajado de precio
Con esas sentencias…muy al estilo de; «aquí te las traigo Pedro» nosotros…los Fuente ovejunas quedamos notificados de como se venían las cosas.
Y vivimos en plena majestad la arrogancia de esta derecha…ahora tecnócratica…no de terratenientes como sus padres y/o abuelos.
Hay se les ha dado vuelta la tortilla.
El vulgo no se les opone…no les tiene tirria por una cuestión intelectual/ideológico sino porque encaramados en la indolencia…en el menosprecio…no han hecho otra cosa que acentuar las contradicciones.
Y como desde la terraza del Costanera Center la gente se ve como un jardín de hormigas olvidaron que una especie de ellas…la Marabunta… cuando avanza arrasa con todo.
Alejandro Iglesias