Cómo reconocer si su hijo está siendo víctima de acoso escolar

El retorno a clases presenciales vuelve a poner en alerta a padres y docentes para prevenir esta práctica, que ya afecta en Chile a 1 de cada 4 estudiantes. Especialista explica a qué señales hay que estar atentos y sugiere estrategias para abordarlo.

El estudio anual de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras demostró que hubo un aumento de un 40% en las denuncias por maltratos físicos y psicológicos en colegios públicos y privados de Chile, pasando de 3 mil 760 a 5 mil 934 casos. Es decir, 1 de cada 4 niños o jóvenes ha sido víctima de bullying o acoso escolar en nuestro país.

Según afirma la directora ejecutiva de la consultora Praesidium Chile, Ximena Schencke, si bien el bullying también ocurre de manera on line, “es en la convivencia escolar donde se manifiesta con mayor impacto, por lo que el retorno a clases presenciales luego de un largo confinamiento debe poner a padres y docentes en alerta”, sostiene.

Schencke señala que alguna vez se consideró al bullying como un “mal necesario” de los años escolares. “Hoy, sin embargo, se sabe que el acoso escolar es un problema grave que puede afectar la salud física, el bienestar emocional y el rendimiento académico de un niño o niña. Para ayudar a los menores a manejar el acoso escolar es necesario aprender a reconocerlo, prevenirlo y saber cómo responder a este”.

La experta explica que el bullying es una forma de agresión en la que uno o más niños o jóvenes intimidan, acosan o dañan repetida e intencionalmente a una víctima que se percibe como menos poderosa, diferente o más débil en relación a sus compañeros debido a su situación social o económica, tamaño, discapacidad, minoría étnica, racial o religiosa, orientación sexual o identidad de género, etc.

Señales de advertencia

Para la directora ejecutiva de Praesidium Chile, si un menor está siendo acosado es posible que no hable por miedo, vergüenza o temor a represalias. Las señales pueden ser vagas o verse como problemas de salud mental. Por lo tanto, hay que estar atentos a signos clave, como por ejemplo, la pérdida o destrucción de ropa, aparatos electrónicos u otras pertenencias personales; pérdida abrupta de amigos o evitación de situaciones sociales; rendimiento escolar deficiente o rechazo a ir a la escuela; dolores de cabeza, de estómago u otras molestias físicas; dificultad para dormir o pesadillas frecuentes; angustia después de pasar tiempo en línea o en el teléfono; rechazo repentino a dispositivos electrónicos; sentimientos de impotencia, baja autoestima o tristeza sin causa aparente y comportamiento autodestructivo, como lesiones auto infringidas.

Como estrategias para prevenir y abordar el acoso escolar, Schencke recomienda mantener la comunicación abierta siempre, y hablar sobre el acoso antes de que ocurra. “Algunas preguntas clave que podemos realizar a los niños son: ¿Qué cosas buenas pasaron hoy en la escuela? ¿Qué cosas malas?¿Qué comportamientos consideras que serían acoso escolar?¿Cómo es el almuerzo, el recreo o el transporte escolar? Si te acosan en la escuela, ¿existe un adulto con quien puedas hablar?

La experta sugiere, además,conversar con los niños sobre tener estrategias para responder al acoso, como alejarse y evitar la situación donde este se produce; hablar con los padres/adultos de confianza sobre la situación; contarle a un amigo lo que pasó o evitar estar solos, y buscar a amigos y adultos que les den seguridad y apoyo.

Finalmente, Ximena Schencke recomienda promover que los menores sean defensores de otros. “Normalmente, cuando un niño es acosado hay otros niños que son testigos. Al defender a un estudiante se promueve un ambiente seguro para todos los miembros de la comunidad. Para que ello ocurra hay que incentivar algunas acciones, como la promoción de comportamientos inclusivos, empáticos y amables o criticar el comportamiento de acoso cuando suceda”, concluye.