¿Te escucho?

Hoy, efecto de la pandemia, hemos aprendido a hacer una pausa en nuestras vidas y también hemos estado obligados a movilizarnos menos. Ello, sumado al teletrabajo, nos ha permitido tomar conciencia de que nuestra vida no se desarrollaba precisamente en ambientes tranquilos. Al contrario, la mayoría de nuestras actividades de la vida diaria las realizábamos en ambientes ruidosos y con mucha gente.

La pérdida auditiva parcial, también conocida como hipoacusia, es un síntoma y no una enfermedad. Por lo tanto, puede tener diversos orígenes que van desde causas genéticas, complicaciones en el parto, uso de medicamentos nocivos para el órgano auditivo, lesiones en la cabeza, envejecimiento o bien, diversas enfermedades infecciosas de las vías respiratorias altas. No obstante, una de las causas evitables es la exposición prolongada a ruidos de fuerte intensidad.

Diversos estudios comprueban que estar expuestos a ruidos por sobre los 85 dB pueden inducir a una hipoacusia progresiva de carácter irreversible. Mientras más tiempo se esté inmerso en ese escenario, aumentan las posibilidades de adquirirla. Es así como si a los ruidos laborales le agregamos los ruidos recreacionales, como conciertos y uso de equipos de música, aceleramos el proceso de destrucción de las células del oído.

La pérdida auditiva inducida por ruido afecta nuestra capacidad para interactuar con nuestros pares y en el trabajo. Por ende, tiene un impacto directo en nuestra calidad de vida, pues dificulta en diferentes grados la comunicación y relaciones interpersonales. Además, se acompaña de otros síntomas como tinnitus, que son zumbidos o pitidos en el oído, los cuales aumentan el nivel de stress y contribuyen al aislamiento social.

Según la Organización mundial de la salud, en el mundo 1500 millones de personas viven con algún grado de pérdida de audición. De ellas, unos 430 millones necesitan algún tipo de apoyo para su rehabilitación. Peor aún, para el año 2025 se estima que casi 2500 millones presenten hipoacusia y por lo menos 700 millones requieran asistencia. ¿Será usted uno de ellos?

Ahora bien, la seguridad y salud de los trabajadores es algo fundamental para los empleadores tanto públicos como privados. Por lo mismo, existen políticas públicas orientadas a prevenir y vigilar diferentes enfermedades que derivan o se agravan por factores de riesgo en el ámbito laboral. No obstante, la salud auditiva depende de cada uno y por ello es importante al menos un chequeo anual del estado auditivo. Y usted, ¿cuándo fue la última vez que se realizó una evaluación auditiva?… perdón, ¿alguna vez lo hizo?

 

Flga. Carolina Flores Bustos
Docente UNAB sede Concepción