Tiros en jotes
Mi padre era un bibliófilo de la mejor cepa. Amante de la poesía. Tenía todo Neruda y todo Garcia Lorca aún siendo un convencido y ferviente anticomunista. Mucha novela y cuentos policiales (deformación profesional sin duda) y potpurrí temático.
Cliente habitual de La Novela Policial allá…en Santiago…calle La Bolsa…una vez llegó con un libro enorme…magníficamente empastado, Las Siete Maravillas del Mundo Antiguo y el Moderno.
Contenía muchas, grandes y bellas fotografías…entre ellas, del Taj Mahal en la India, caratulado como el más bello monumento funerario construido por el hombre al que el poeta Hindú Tagore llamó «Lágrima en la mejilla del tiempo».
Decía que su construcción tomó casi siete años y costó en valor de ese momento (fines de los 70) 500 millones de dólares.
Recuerdo haber exclamado algo así como; «que brutalidad gastar tanto dinero en un cadáver».
Ciertamente mi padre me reprendió por expresar tamaña insensibilidad. Con los años se acentuó en mi el convencimiento de que no había dinero mas mal utilizado que el que se gasta en los ritos funerarios. A insistencia de parte de mi familia y en atención a que, como suelo decir, estoy viviendo la yapa, me di el trabajo de averiguar costos. Las alternativas menos onerosas de funeraria y cementerio en ese momento (2015) significaba un desembolso de NOVECIENTOS MIL PESOS. Cajón sencillito no mas. Quería sin vitrina porque me carga el morboso espectáculo de que a uno lo miren y mas que alguno salga con la tontería esa de; «si parece que está durmiendo». Todos con ventana. Y en tierra no más…pedí…por dos años y olvídense. Que tontería eso de los nichos eternos. A la fosa común no más…si son puros huesos.
Entre lo que da mi Caja de Compensación y mi Compañía de Seguros andábamos casi al ras.
Hoy los montos bajaron y los costos subieron. Y mi familia…con el tino que les es tan propio me manifestó preocupación por ello y…ya que tenia empozada la plata del 10% ¿por qué no te dai el trabajo…ya que tenis plata…de dejar todo pagado mejor».
Cómo pueden ver…he construido lazos de amor y filialidad muy profundos con ellos.
Fue entonces cuando decidí rescatar una idea que había tenido tiempo atrás. Donar mi cuerpo a la ciencia. Y me puse en contacto con el Departamento de Anatomía de la Universidad Católica. Sólo porque fue la primera alternativa que me apareció en Google. Porque soy de la Chile.
Me enviaron el explicativo y el documento que luego de llenado se refrenda en Notaría. Fue todo un acontecimiento. Nunca antes es esa notaría habían tenido tal papel en sus manos. Debidamente escaneado ya está en poder de la Universidad. El sistema es bastante sencillo. Ocurrido el fallecimiento le avisan lo mas pronto posible a la Universidad llamando al teléfono de contacto que mi hija mayor ya tiene en su poder. Desde ese momento ellos se hacen cargo de todo. La familia dispone sólo del lugar para el velatorio que…obvio…se espera sea lo mas breve posible. Una funeraria pagada por ellos se hace cargo del cadáver. Lo llevan al lugar donde quienes quieran le puedan dar la última despedida al finado y luego lo trasladan hasta sus dependencias. Transcurrido el tiempo que para ellos el cuerpo les presta utilidad éstos son cremados y…si la familia lo desea…pueden entregarles un ánfora con sus cenizas. Y para la familia del deudo…costo cero.
Si te quieren recordar…pueden colgar por ahí alguna foto tuya y prenderte una velita de vez en cuando. Porque gastar dinero en el ritual funerario…a mi juicio…tiene dos propósitos…quedar bien con los demás o aminorar la culpa o vergüenza que sientas en ese momento.
Alejandro Iglesias