Algunas claves para entender el resultado de las elecciones de 15 y 16 de mayo

Entre los factores que hicieron de esta elección una de las más trascendentales de nuestra historia republicana se encuentra, en primer lugar, la fortaleza de nuestro sistema electoral. Resulta fundamental para la democracia y para la legitimidad de cualquier proceso eleccionario, la existencia de un sistema electoral transparente y limpio. A diferencia de lo que ha sucedido en otros procesos eleccionarios en el continente (incluido Estados Unidos) en Chile nunca ha sido un tema el supuesto fraude electoral al día siguiente. Otro asunto importante fue la baja participación ciudadana. Esta última, resulta preocupante, especialmente, considerando que solo un 43,35% del padrón electoral haya concurrido a votar. A partir de esto último, la pregunta que surge es: ¿habrían variado los resultados que conocimos anoche con sufragio obligatorio? Por otro lado, un tercer factor es Sebastian Piñera, de quien, sus mismos partidarios, han reconocido que se acostumbró «a llegar tarde» y eso tiene un costo político. Esto, a pesar, del evidente éxito de proceso de vacunación, éste no fue suficiente para lograr cambiar la imagen de un Gobierno. Un cuarto factor es la crisis de la clase política tradicional. La elección de este fin de semana implicó un importante debilitamiento de la clase política que gobernó Chile en los últimos 30 años y ello no es una sorpresa. Las últimas encuestas muestran a los partidos políticos y al Congreso Nacional como una de las instituciones que menos confianza generan en la ciudadanía, lo cual se reflejó en esta elección. El resultado que conocimos este fin de semana ha dejado en una difícil situación política a la centroderecha. Sin embargo, los grandes perdedores fueron los partidos políticos de la antigua Concertación y Nueva Mayoría, quienes solo alcanzaron 25 cupos de los convencionales. Esta elección nos deja otra conclusión importante: el mapa político, que en su momento fue alterado por el Frente Amplio, hoy reconoce a los independientes como un nuevo protagonista. Los resultados de las elecciones de 15 y 16 mayo deben llamar a todos los actores políticos, especialmente a los partidos políticos (todos los partidos), a realizar una fuerte y objetiva introspección respecto de su rol dentro del sistema y de su capacidad para representar a la ciudadanía y canalizar sus inquietudes a los ámbitos decisionales. Y, por último, la consolidación de Jadue. A pesar de que el Partido Comunista sigue manteniendo su votación histórica cercana al 5% de los votantes que sufragan en cada elección, el actual alcalde de Recoleta ha logrado posesionarse como una seria carta presidencial, alcanzando un importante apoyo en ciudadanos y ciudadanas que no son comunistas. En la medida que se mantenga la unión entre Frente Amplio y Partido Comunista, se siga debilitando la centroderecha y la centroizquierda tradicional, tendrá muchas posibilidades de ser el futuro presidente de la República. En los próximos meses, vienen etapas cruciales para Chile. Es de esperar que el Gobierno termine con más aciertos que errores su período, que la clase política analice y sea capaz de leer estos resultados y logre conectar mejor con la ciudadanía. Así como también que quienes redactarán la nueva Constitución lo hagan mirando el interés general y no actúen cegados por sus ideologías personales, pues la Constitución es el pacto que fija las reglas básicas y fundamentales de convivencia para todos y todas, incluso para los que piensan distinto.

Dr. Jorge Astudillo Muñoz
Académico Facultad de Derecho
Universidad Andrés Bello