Alimentación y sistema inmunitario
Esta pandemia ha dejado en evidencia la importancia de la calidad de la alimentación, uno de los temas discutidos es como los alimentos pueden influir en el sistema inmunológico.
Dentro de las recomendaciones de alimentación y sistema inmunitario hemos escuchado como algunos “super alimentos” prometen entregarnos beneficios “mágicos” con solo consumirlos. Lamentablemente estas estrategias de publicidad generan que las personas crean que llevar una alimentación saludable es caro y que contar con estos “buenos alimentos” son un privilegio. En pandemia esto genera más incertidumbre en personas que han sido afectadas en su economía enfrentados incluso a situaciones de “inseguridad alimentaria” que hace referencia a la carencia de un acceso regular suficiente de alimentos inocuos y nutritivos, por lo tanto, miran con desconcierto recomendaciones alimentarias alejadas de la realidad económica de las personas.
¿Cómo entonces podemos potenciar nuestro sistema inmunológico a través de la alimentación saludable de manera accesible?
La evidencia habla de una dieta equilibrada, incorporando alimentos naturales, ricos en vitaminas, minerales y fibra. Dentro de las recomendaciones, se señalan alimentos ricos en vitamina A y C por su papel en las infecciones y mantenimiento de la superficie de las mucosas (barreras de las infecciones), los encontramos principalmente en productos lácteos y huevo en el caso de vitamina A y alimentos cítricos, familia de los col y verduras en general para vitamina C. La vitamina E también es recomendada por aumentar la respuesta inmunológica, está en forma natural en aceite de oliva, vegetales de hoja verde, frutos secos y cereales integrales. Para aprovechar de mejor manera estos nutrientes se recomienda consumirlos de manera natural, evitando las frituras o preparaciones que adicionen grasas a su contenido nutricional.
Otra recomendación son los probióticos, organismos vivos que también tienen actividad sobre la modulación del sistema inmunitario, protegiendo sobre procesos inflamatorios, en cuadros de alergias e infecciones respiratorias, específicamente las cepas de Lactobacillus. Podemos encontrar productos lácteos que han sido fortificados con probióticos, se recomienda preferir leches en polvo porque en alimentos que necesiten refrigeración se puede ver mermado sus beneficios sino se mantiene la cadena de frío.
Carolina Mella, Académica de la Universidad Central Región de Coquimbo