Adelantando por la berma
Chile es un país presidencialista. Y ello, entre otras particularidades, se hace carne cuando deja en el ámbito de su exclusiva competencia presentar al Congreso proyectos de ley que implican gasto público.
En la historia política reciente recuerdo al abogado Eduardo Novoa Monrreal, asesor predilecto de Allende durante su gobierno quien auxilió al Presidente para que mediante la aplicación de trucos y artimañas…todas legales por cierto, el «Compañero Presidente» (como le gustaba ser llamado) pudiera zafar de las muchas cortapisas que el Congreso le puso en los poco más de tres años que duró en La Moneda.
No habíamos vuelto a escuchar esto de los resquicios legales hasta cuando a la oposición a Piñera 2 se le ocurrió que la única forma de lograr sacar adelante la iniciativa de los famosos retiros del 10% desde los fondos provisionales era mediante…¡exacto!…un resquicios legal. Ya dijimos que el parlamento no puede discutir proyectos de ley que están dentro del área de la exclusiva competencia del Presidente.
¿Cómo hacerlo entonces?
Recurriendo a un subterfugio, un ardid. Presentar un proyecto de ley de reforma constitucional. Ahí si. Y ya sabemos que resultó…tres veces y que la racha la cortó el mismo grupo político que ahora en el gobierno si estuvieron de acuerdo en que provocaba inflación. Que Piñera tenía razón.
Es más, cuando este dijo que el mencionado proyecto era «pan para hoy y hambre para mañana» Boric…para aquel entonces diputado le respondió que «el pueblo había cambiado el límite de lo posible» frase cuya autoría es de Alberto Santamaria, doctor en Filosofía de la Universidad de Salamanca, ¿o usted era de los que creía que tan bella sentencia era del Presidente?.
Hoy los medios de prensa han reflotado la figura del resquicio legal. Replicado desde los dichos de algunos personeros del actual gobierno que ven con muy malos ojos la notoriedad pública que ha logrado Rodolfo Carter, alcalde de La Florida como consecuencia de poner en práctica una norma legal chilena que obliga a los propietarios de inmuebles a pedir el correspondiente permiso al Departamento de Obras para llevarlas a efecto.
Tan extendida está esa costumbre de correr con colores propios que se dictó años ha la llamada Ley del Mono que tuvo como único propósito dar facilidades, simplificar el trámite del permiso y así regularizar todas las modificaciones habidas en las casas de nuestro país.
Ciertamente que el motivo era pecuniario. Darle una manito a los municipios para que se hicieran de unos pesitos extra que bien le vienen a las arcas de las casas edilicias más pobres.
Y el alcalde Carter la pilló pues. Descubrió que era cuestión de poner en práctica la ley y las ordenanzas municipales para darles «un golpe bajo» a los narcotraficantes.
Todos los que tenemos en el vecindario a narcos hemos sido testigos de como la casa común y corriente a poco de ser adquirida por ellos empieza a crecer…para arriba y para los lados.
Y empezaron las demoliciones de sus «agregados».
Amplia cobertura mediática. Tour por los matinales. Carter, el hombre del momento. El alcalde de Antofagasta viene a conocer in situ y se lleva la idea para el norte. En Calama ya empezaron.
Y nuestras autoridades, tímidamente primero comienzan a mostrar arriscadas de nariz. Se escucha por ahí un: «esa no es la solución», la Ministra del Interior dice que más bien responde a una agenda política del alcalde, la Vocera de Gobierno, el subsecretario del Interior y el de Prevención del Delito (Vallejos, Monsalve y Vergara) pronuncian «Populismo».
Carolina Leitao, alcalde de Peñalolen y presidenta de la Asociación de Municipalidades dice que hay otras formas.
El Fiscal Nacional hace una severa «advertencia» al fiscal que le habría dado una mano al alcalde y hoy el gobierno ha ordenado a Carabineros no concurrir a modo de apoyo a los operativos de desmontaje organizados por la Municipalidad de La Florida.
Es decir, parar, a como de lugar a ese pingo que se les está escapando por los palos.
Estoy cierto que si la iniciativa hubiese sido de Jadue, por ejemplo, el gobierno estaría en estado orgásmico. Pero se le ocurrió a un UDI.
Alejandro Iglesias