¿Quiénes somos?
¿Somos lo que comemos o somos lo que pensamos? La sociedad contemporánea se ha inclinado notoriamente a la primera aseveración, cuidamos nuestros cuerpos muchas veces de forma exagerada, hacemos dietas extremas, dedicamos un par de horas diarias al gimnasio para lograr cuerpos estéticamente perfectos. Tenemos el culto a la delgadez.
No critico los motivos de este culto, son válidos y bien intencionados; salud, autoestima, entretención, cultura deportiva, etc. Un hábito o costumbre saludable y necesaria ; inevitablemente somos lo que comemos, lo que se traduce en la cantidad de grasa en nuestro cuerpo, los tipos de colesterol, el nivel de azúcar y triglicéridos en la sangre, siendo todo lo anterior de una importancia de primerísima necesidad para una buena calidad de vida.
Pretender tener buena salud corporal y mental, es una conducta sana y lógica del hombre, es un razonamiento humano pensado y concretado en nuestro cerebro; el procurar cuidar nuestra salud basados en dietas y ejercicios demuestran una clara señal del convencimiento que estamos planificando nuestras vidas en forma correcta.
El cerebro, es un maravilloso órgano de nuestro sistema nervioso central, es el más complejo de nuestro cuerpo humano, es un órgano muchas veces poco ejercitado y cuidado. Este no es un músculo, el no necesita de la fuerza de estos para ser ejercitado, depende exclusivamente de nuestra actitud mental; todo pensamiento y trabajo mental no necesitan de la fuerza física, ni el pensamiento ni el espíritu tienen músculos, solo es el deseo y la actitud que tengamos ante el aprendizaje y la adquisición de conocimientos son los que simplemente lo ejercitan y fortalecen.
¡Razonemos esto¡ Lo que piensas se manifiesta en nuestras palabras y acciones inevitablemente, de una u otra manera, tus palabras son tu pensamiento hablado y tus acciones son un producto de las enseñanzas guardadas en tu memoria; nuestro cerebro reacciona en forma automática desarchivando lo almacenado en nuestra mente , mejor dicho, en nuestro subconsciente, que no discierne correctamente por los malos hábitos impuestos en nuestras mentes. Es por lo mismo, que el ser humano comete innumerables errores en su existencia por esas conductas erradas y equivocadas adquiridas a través de los años.
Es el cambio de actitud, el que puede remediar las malas consecuencias en nuestras vidas; las dificultades son el producto de nuestra disposición mental ante los obstáculos que aparezcan en nuestro diario vivir, nacemos con nuestras mentes puras, dispuestas y absorbentes como una esponja, captamos todo y lo almacenamos, esto de una u otra manera determinará los efectos en nuestras vidas para bien o para mal.
Si es lo último, cambiemos la forma de pensar; pensemos antes de actuar y hablar; obremos bien, no discriminemos, seamos inclusivos, cambiemos los malos hábitos que nos hacen mal o que hacen mal a los demás y fortalezcamos los buenos, no seamos groseros, no maltratemos de ninguna forma. Instruyamos bien a nuestros hijos, seamos autodidactas y leamos más, hagamos deporte o simplemente caminemos más, asistamos a espectáculos culturales y cambiemos nuestros malos hábitos alimenticios. Pensemos positivamente, asiste a tu iglesia y escucha con atención a tu guía espiritual, se respetuoso y tolerante con tus semejantes, se capaz de empoderarte de lo mejor de la sociedad actual expresando bien y adecuadamente tu opinión. Has bien y con alegría tu trabajo y no abuses del poder que tienes, se generoso, amable y humilde. Por eso y mucho más.“Somos, lo que pensamos”.
HUBERZZA