Perspectiva animal a la hora de legislar
Las perspectivas son fundamentales a la hora de legislar. La de género y la de infancia han jugado un rol fundamental para avanzar hacia la protección efectiva de los derechos de mujeres y de los niños, niñas y adolescentes, evitando enfoques androcentristas o adultocentristas.
Lo mismo ocurre con la protección de los derechos de los animales. De la conocida “Ley Cholito”, se pueden extraer dos grandes consecuencias: se reformó el Código Penal estableciendo sanciones a quienes causen daño a un animal, y se impuso la obligación de inscribir al animal haciendo responsable a sus tenedores de los daños que puedan provocar. Lo que se pretendió fue acentuar el efecto de la responsabilidad civil, desde sus dos históricos aspectos, el sancionatorio y el resarcitorio.
¿Avanza esta ley hacia la concepción de animales como seres sintientes en Chile? Difícil: faltó determinación y precisión en cuanto a lo que se entiende por maltrato o lesiones. La Ley 1.774 de 2016 de Colombia, establece en detalle lo que se entiende como bienestar animal, enumerando 5 necesidades como que no sufran hambre ni sed, que no sufran injustificadamente malestar físico ni dolor, que no les sean provocadas enfermedades por negligencia o descuido, que no sean sometidos a condiciones de miedo ni estrés, y que puedan manifestar su comportamiento natural.
Si la Ley Cholito entrega competencia a los juzgados de policía local, deben establecerse protocolos para la capacitación de jueces referente a las necesidades de los animales, cuya afectación pudiese constituir maltrato. No tendríamos hoy fallos con perspectiva de género si no fuera porque se llegó a la convicción de que ciertos paradigmas debían ser derribados para la correcta aplicación de justicia. Un juez llamado a resolver sobre maltrato animal requiere comprender la evolución histórica de la percepción humana del rol de los animales en nuestro planeta, ya desde la edad media, en donde San Francisco de Asís los elevó a la categoría de hermanos del hombre.
Falta conocimiento, falta perspectiva animalista.
Francisca Rodríguez Docente Escuela de Derecho Universidad de Las Américas