CASEN 2022, ¿Buenas noticias?

El jueves 27 de julio se entregaron los resultados de la última Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN), la que trajo consigo resultados positivos pues, de acuerdo a los datos, la pobreza disminuyó en un 4,2% respecto a la medición anterior (2020). La medición refiere la existencia de 397.963 personas en situación de pobreza extrema, y 894.558 en pobreza, en total, serían 1.292.521 personas cuyos ingresos no son suficientes para ubicarse sobre la línea de la pobreza, la cual, vale la pena indicar, aumentó su valor en 24,5% (línea de pobreza por adulto equivalente noviembre 2020 $174.131; noviembre 2022 $216.849).
Sin duda, son buenas noticias que reflejan efectos positivos de las medidas de apoyo tomadas por los gobiernos de turno, especialmente, aquellas relacionadas con las transferencias monetarias. Sin embargo, es necesario señalar algunos indicadores que evidencian la persistencia de desigualdades más bien estructurales y que reafirman que el lugar de nacimiento, el sector donde se vive, la edad, el sexo, o la jefatura de hogar, determinan fuertemente que una persona o familia, caiga o se dificulte la posibilidad de salir de la pobreza. De esta manera, los datos reflejan que quienes viven en sectores rurales son más pobres que aquellos que habitamos en ciudades urbanas (9,9% versus 6,1%); así también, que los hogares con jefatura femenina no sólo han aumentado (según la medición multidimensional, los hogares a cargo de una mujer han aumentado de 36,3% en 2015 a 51,2% al 2022), sino que siguen siendo más pobres que aquellos con jefatura masculina (6,9% versus 4,5% respectivamente); de los datos se desprende que quienes pertenecen a pueblos indígenas siguen siendo más pobres que aquellos que señalan no pertenecer a alguno de ellos (8,8 % versus 6,2%); y finalmente, que quienes viven en Chile, pero nacieron fuera del país, tienen mayores posibilidades de ser pobres (11,1% y 6,1% respectivamente).
Así, la Casen 2022 da cuenta de importantes logros, pero también de grandes desafíos, Los indicadores señalados anteriormente continúan reflejando desigualdades que de forma sostenida se han instalado como problemas estructurales frente a las cuales las medidas adoptadas por los gobiernos no han logrado revertir la tendencia de las últimas mediciones. Por otro lado, se observa como una situación preocupante el indicador de población ocupada sin cotización previsional, el cual señala que el 62,7% de esta población es pobre. La informalidad del trabajo y la proyección de bajas pensiones son cuestiones frente a las cuales es necesario diseñar políticas públicas tendientes a avanzar en soluciones inmediatas, que por un lado mejoren las condiciones laborales actuales, y que, en el futuro, permitan garantizar mejores condiciones de vida para las personas jubiladas.

Mariela Valderrama, Directora de la carrera de trabajo social, U.Central región Coquimbo