Relaciones afectivas en la era de las apps de citas
En los últimos años, han cobrado relevancia las aplicaciones de citas, siendo Tinder y Bumble las más conocidas, constituyéndose como espacios virtuales en los cuales podemos conocer gente. Desde la premisa planteada por la app Tinder en su propia página: “la posibilidad de crear conexiones que podrían conducir a más”, nos interpela en torno al tipo de conexiones y relaciones que establecemos, y nos interroga sobre las posibilidades de conectar con otros desde la distancia, mediados por dispositivos móviles.
Y es que el principal recurso de conexión que nos presenta estas aplicaciones, se encuentra en las fotografías o imágenes personales, las cuales exponen a cada individuo al escrutinio público, en una suerte de vitrina que busca la validación y “conexión” de quien se encuentra tras la pantalla, tal como el filósofo Byun Chul Han denomina a las sociedades actuales: “sociedad expuesta”, en la cual “el exceso de exposición hace de todo una mercancía que está entregada, desnuda y sin secreto a la devoración inmediata”.
Podemos desprender que un gran número de las interacciones generadas a través de las aplicaciones de citas, se sustentan en las expectativas de conexión emocional de cada usuario, las que son fundadas en imaginarios fugaces y efímeros, principalmente desde la noción de otro, presentados cual producto publicitario que se encuentra alineado a las necesidades propuestas en las sociedades actuales. Todo esto culmina materializándose en una falta de conexión real (en primera instancia) y en relaciones basadas únicamente en la atracción física, careciendo de la profundidad que nos permita comprender y generar vínculos auténticos con otras personas.
El objetivo no es romantizar la visión tradicional a la hora de establecer relaciones sexo afectivas, las cuales se encontrarían basadas en vínculos construidos en el tiempo, priorizando conocer parejas de manera presencial por sobre lo virtual, ni mucho menos polarizar ambas modalidades como antagonistas una de otra.
El éxito de las relaciones sexo afectivas no se encuentra garantizado por la modalidad en la cual se establecen ciertos vínculos. Sin embargo, es importante considerar al momento de vincularnos cuáles son nuestras motivaciones, intereses e intenciones de modo de establecer relaciones responsables afectivamente, tanto con otros como también con nosotros mismos.
Monier Villarreal Académica de Psicología Universidad de Las Américas Sede Concepción