Clase política chilena versus don Pepe

“A los que les gusta mucho la plata hay que correrlos de la política, porque si no terminamos hipotecando la confianza de la gente”: estas palabras son parte de  las tantas declaraciones del más respetado miembro de la clase política sudamericana,  “Don José Mujica Cordano”; palabras que nos hacen pensar y a la vez reconocer que en cierto grado, él tiene mucha razón con sus sabios comentarios. Es imposible no recordar sus comentarios, sus  acciones y su crecimiento político digno de imitar. “Don Pepe”, un legislador que con el paso de los años se convirtió en un político  altruista, bondadoso, desinteresado y filantrópico.Hoy,  lo saco a la palestra, comparando su ética y moral política con la inmoralidad y falta de honestidad de un elevado porcentaje de  funcionarios públicos y de la  clase política chilena.
       Esta comparación, es por lo acontecido en el país en años anteriores y en el último tiempo; como por ejemplo, el caso Hermosilla con sus multifacéticas  redes de poder en todos los colores de la política nacional y el tráfico de influencias respectivo, que  quedó a la vista en las averiguaciones de la Fiscalía Nacional o la negación de la oposición al levantamiento del secreto bancario, o el alza de las cuentas de la electricidad, entre muchos  otros casos.
“Don Pepe”, es un ejemplo a seguir  para los políticos chilenos que poseen un ADN plagado de costumbres abusivas y desfachatez sin límites,  con sus constante maniobras para asegurar sus bolsillos con los dineros del pueblo para satisfacer sus supuestas necesidades con sus  sueldazos y privilegios, riéndose en reiteradas oportunidades en nuestras caras, con un discurso y clara postura en favor de sus interese partidistas y económicos.
El renunciamiento de los privilegios económicos amparados  en su posición política y en las destacables conductas de austeridad que posee y cultiva “Don Pepe”, indiscutiblemente se tienen que  tomar como modelos e inspirar a los gobernantes y líderes del país;   hábitos de vida política y personal  que tendrían que ser  imitados por  la clase  política nacional.
Si se copiara en parte  su modelo de vida, Chile tendría  un presente  totalmente distinto,  más justo, sin las visibles diferencias sociales y económicas o la indiscutible corrupción que  hay en este país tan privilegiado para algunos abusadores de la autoridad que les da  el Estado.
       Ya que copiamos casi todo, imitemos las conductas éticas  y altruistas de este  héroe de la verdadera política y no defendamos lo indefendible, con argumentos de excusas torpes y débiles; avalando la corrupción con argucias legales o inoperancia estadista para dictaminar leyes adecuadas  que fortalezcan realmente todas las instituciones de la Nación.
   Siempre lo he dicho. “Las comparaciones en muchos casos son dañinas, pero también en ocasiones  son estrictamente necesarias”, Don Pepe donaba casi el 90% de su sueldo de presidente cuando ejercía ese cargo, para la construcción de viviendas sociales. Hoy, vive con austeridad y es un hombre honesto  y decente que le permiten levantar la voz y su discurso político es absolutamente  creíble a diferencia de la gran mayoría de los  ilustres chilenos.
“Don Pepe”,  es un iluminado que deberían imitar  los pocos políticos que supuestamente tienen vocación de servicio público. EL resto, jamás lo harán; y creo sinceramente que seguirán apareciendo ladrones  y oportunistas. Que lamentable, una realidad preocupante.
HUBERZZA