La historia de un docente que lo perdió todo tras los incendios

Las llamas dejaron en cenizas no tan sólo a 21 establecimientos educacionales del sur del país sino que también a miles de casas que se cayeron en pedazos junto a la desesperanza de las familias que las habitaban. Así le sucedió al profesor Fernando «Feño» Mora, que después de vivir un tormento, hoy se levanta junto a su esposa y dos hijos para reiniciar el sueño de tener un hogar.

Tres años de construcción que se terminó en horas

Hace 8 años, el profesor Feño llegó hasta a Santa Juana para hacer un reemplazo, sin embargo al constatar el rol que cumple la educación dentro de las comunidades rurales decidió quedarse, poniéndose como meta construir su propio hogar. De esta forma, hace tres años, a punta de esfuerzo, comenzó a levantar su casa, obras que terminaron justamente una semana antes de que comenzará la alerta de incendios en la región del Biobío.

«Ese día desde nuestra nueva casa vimos a lo lejos las llamas y aunque pensamos que no podrían llegar hasta acá, tomé mi vehículo y lleve a mi esposa y mis dos hijas a la casa de mis suegros pues era un lugar más seguro. Cuando regrese me encontré con que la casa ya estaba en llamas y no podía hacer nada, era increíble ver cómo esas lenguas de fuego iban avanzando y como en tan poco tiempo, después de años de trabajo, pudimos perder absolutamente todo», relató el profesor.

Historia que llegó hasta la profesora Mónica Burgos, tesorera del comunal Talca del Magisterio, quien junto a la dirigenta Ana Ramos decidieron activar una red de apoyo y llevar ayuda de manera urgente a Santa Juana. «Es muy impresionante y sobrecogedor todo lo que íbamos viendo en el camino, eran muchas casas y ahora solo son murallas grises, espacios vacíos, que antes eran habitados por familias de estudiantes que hoy están sufriendo y que se encuentran en albergues o en campamentos de emergencias», describió Francisco Rodríguez, Pro Tesorero del comunal talquino.

Gremio Docente que, encabezado por su presidente nacional, Carlos Díaz Marchant, evaluó en terreno, junto a sus directorios comunales y regionales, las ayudas y apoyos concretos que requerían tanto los docentes afectados como las comunidades educativas. Así, se le entregó ayuda directa a 12 profesores colegiados que resultaron damnificados por la destrucción total de sus viviendas.

Uno de ellos, fue el profesor Feño quien reconoce que gracias a la ayuda del Magisterio y el apoyo de amigos y familiares nuevamente puede ver algo de luz en un espacio que hoy se ve en tonos grises. Por eso, hizo un llamado para que el Gobierno no abandone a las escuelas que por un tiempo funcionaran en container‘s, pues para él son éstas las que le dan vida y sentido a las comunidades rurales, lo que se transforma en un foco de esperanza para todos aquellos que deben comenzar nuevamente de cero.