Madres cuidadoras de hijos e hijas en situación de discapacidad: La maternidad que merece un Feliz Día
En la celebración del día de la madre, escribo estas líneas para reconocer a aquellas de las que poco se habla, que muchas veces son invisibilizadas, las madres que cumplen el rol de cuidadoras de un hijo o una hija en situación de discapacidad y dependencia.
Son las mismas a las que muchas veces reconocemos de manera puntual en campañas de sensibilización, noticias de actualidad o acontecimientos vinculados a lucha por mejora en sus condiciones de vida, pero que en día a día tienen pocos espacios para expresarse. Y es que cuando lo hacen logran tensionar e interpelan la realidad, porque conocemos sus rutinas, sus condiciones de vida, su cansancio o la falta de consideración de su trabajo y dedicación diaria.
Crecimos escuchando que maternidad es sinónimo de sacrificio, inmolación, casi aceptación de sufrimiento por y para nuestros/as hijos/as, dejando de lado el hecho de que ser madre no debe significar anular el ser mujer, amiga, pareja, trabajadora, etc. El ser madre no debería ser sinónimo de renuncias obligadas, no es ése el sentido de maternar. No debe serlo.
Sin embargo, en una sociedad en donde mayoritariamente son las madres las que asumen los cuidados de hijos e hijas en situación de discapacidad y dependencia es necesario hacer una pausa para reflexionar. Porque lo haceb renunciando muchas veces a sus trabajos (que, además, en su mayoría son menos remunerados que los de hombres), a momentos de ocio, recreación e incluso momentos de descanso.
Es necesario analizar cómo ser madre lleva de la mano para muchas mujeres el agotamiento propio de las labores diarias, pero, sobre todo, la sensación de abandono, de falta de redes de apoyo, de falta de reconocimiento de su trabajo, no con el sentido de querer recibir un premio por ello, si no por el profundo anhelo de vivir dignamente. Aspiran a cuidar a sus hijos/as, vivir tranquilas, contar con apoyo profesional, con espacios para su desarrollo como persona y tener opciones de vida que no impliquen sufrir en un cotidiano de incertidumbre, corriendo de un lado a otro pidiendo favores y excepciones.
Si bien el año pasado el Ministerio de Desarrollo Social habilitó un módulo de complemento del Registro Social de Hogares (RSH) para la identificar a personas cuidadoras, teniendo con ello beneficios como atención Preferente en Salud, Sucursales de Fonasa, ChileAtiende – IPS, Banco Estado, Sucursales de Registro Civil, Oficinas de Serviu, Senadis y Senama, este reconocimiento debe ser el primer paso. Esto, en un camino de cambios que aseguren a cada madre cuidadora el derecho a decidir cómo vivir su maternidad en condiciones de dignidad para ella y su hijo/a. Un camino que considere la salud mental de la madre, que se preocupe de cuidar a la cuidadora, en que la maternidad no sea vista como un sacrificio obligado, con opciones y derechos para toda madre, digno, un camino que cobija y abraza.
Hoy saludo a todas esas madres cuidadoras que luchan, aunque las fuerzas parezcan desaparecer, aquellas mujeres que alzan la voz por condiciones de vida dignas para ellas y sus hijos/as, aquellas mujeres que no se conforman con las respuestas de siempre y cada día se levantan con el sueño de una mejor vida para ellas y sus hijos/as, porque cuando eso ocurra sí será un Feliz día de la Madre.
Sandra Urra Águila
Directora Psicopedagogía
Directora Educación Parvularia
Universidad Andrés Bello Concepción