¿Por qué es importante estudiar en una institución acreditada?

Los estudiantes que se ven enfrentados a tener que seleccionar una casa de estudios superiores deben tomar la decisión de postular a una institución, considerando no solo que imparta la carrera de su interés, sino que también le de garantía de que la formación que recibirá será la mejor para desempeñarse en el mundo laboral.
El instrumento diferenciador que ha definido el Estado para entregar mayores elementos de juicio a los estudiantes y para que las entidades avancen en mejorar, es la llamada certificación de calidad de las instituciones de educación superior, a través de la presentación ante la Comisión Nacional de Acreditación (CNA).
Este proceso ha evolucionado a lo largo del tiempo y hasta el año 2018 fue voluntario. De acuerdo a las nuevas disposiciones legales establecidas en la Ley 21.091 publicada el 29 de mayo de ese año, todas las instituciones de educación superior (Centros de Formación Técnica, Institutos Profesionales y Universidades) deben someterse a esta evaluación, de manera obligatoria.
¿Qué certifica entonces la acreditación? Básicamente indica que la institución cumple, de acuerdo a ciertos criterios, con su proyecto educativo y que cuenta con la capacidad de autoevaluarse; logra identificar sus fortalezas y debilidades y planificar mejoras que vayan en beneficio de la formación de los estudiantes. Y en el caso de las universidades, genera mejoras para contribuir al conocimiento de la sociedad en su conjunto.
Se identifican tres niveles de certificación: básica, avanzada y excelencia, que significa, 3, de 4 a 5 y 6 a 7 años de acreditación respectivamente.
Es importante recalcar que la calidad se mide por la capacidad que la institución tiene de autorregularse, de identificar sus fortalezas y seguir aplicándolas y también de detectar sus debilidades y generar a partir de ello, planes de mejora. No debe mirarse como negativo que una institución cuente con debilidades; lo importante es que tenga la capacidad de saber que existen y generar mecanismos para superarlas, de modo de convertirlas en fortalezas. Eso hace que una institución crezca, se desarrolle y pueda entregar una mejor formación a sus estudiantes.
Es así entonces que los jóvenes y sus familias, cuando tengan que tomar la decisión de dónde estudiar, consideren si el plantel está acreditado y en qué condiciones. Ese es un factor importante que redundará en una mejor elección, en lo que representa un camino fundamental para el futuro profesional.

Verónica Figueroa Román, Directora Regional de Desarrollo y Aseguramiento de la Calidad, UCEN Región Coquimbo