Compañía de teatro La Lancha se ha lucido con su obra LLO LLE WE, la historia de San Antonio

Conformada por un grupo de artistas locales, quienes han llevado el teatro a distintos puntos de la provincia, la presentación ha logrado capturar la atención de los sanantoninos, quienes ven la historia plasmada en este lúdico trabajo.
Este trabajo busca retratar la historia de los pueblos originarios que dieron vida a la provincia de San Antonio.
Diego Chamorro, es el director de la Compañía de Teatro La Lancha y de Llo Lle We, obra que tiene en escena a la actriz Paz Olivares, quien representa al Playero Blanco; Valeria Morales, que interpreta al Siete Colores; y Alán Fernández, que es el Pilpilén. A ellos se suma el mismo Diego Chamorro, Francisco Luco y Pablo Urtubia, en la musicalización.
Es así que este jueves la obra tuvo dos presentaciones en la Plaza de Llolleo, hasta donde llegaron con el arte y la historia local, tal como lo han hecho durante los últimos meses, con la finalidad de conectar el teatro con la comunidad.
“Nosotros somos unos convencidos de que el teatro tiene que salir de los espacios convencionales, tiene que ir a lugares a los que no llega normalmente y a públicos que no tienen acceso a esto. Entonces, hemos estado durante un año haciendo funciones en distintas poblaciones de San Antonio, del litoral central, hemos ido a Santiago con esta obra. Esta cuenta la historia de San Antonio, desde el Big Bang hasta el día de hoy, fue un proceso de trabajo de cuatro meses, un mes de investigación y tres meses se ensayo. Es una obra dinámica, el teatro que se hace es juglaresco; la juglaría tiene que ver con ocupar todas las herramientas que tiene los artistas para poder desarrollarlas en escena, el canto, la danza, la acrobacia, etc. Entonces, es una obra súper lúdica y familiar también”, explicó Chamorro.
Sobre cómo ha sido el avance que han visto en la puesta en escena, ya teniendo varias presentaciones a su haber, el director de la compañía añade que, “nosotros creemos que una obra de teatro esta lista cuando tiene 40 funciones y nosotros llevamos 23 funciones. Yo creo que en la función 21 fue un paso gigante hacia el nivel más profesional de teatro y estamos tratando de buscar que sea cada vez más profesional, porque la compañía comenzó con chicos que no son actores de universidad. Solamente una de ellas va en segundo año de estudio de teatro, entonces ha sido también una escuela tener que estar enseñando a hacer los tres o cuatro años de teatro, en una experiencia como esta. Los chicos también cada vez tienen más voz, más dicción y más cuerpo, entregándolo a disposición del teatro”.
Lo que se destaca sobre todo es la recepción de la ciudadanía, quienes independiente del lugar en que vean la presentación, si han hecho saber la conexión que se genera con el material, debido a que puede conectarse con su historia personal.
“Siempre es muy bonita la reacción de la gente, porque como es una historia local, pasa que se activan esas cosas emocionales que uno tiene dentro. Uno tiene una biografía, así como la ciudad tiene su propia biografía, pero estas se conectan y pasa a ser muy emocionante. La otra vez tuvimos funciones en Lo Abarca y la directora del colegio se puso a llorar emocionada por la historia y es porque en realidad nosotros no somos los creadores de la historia, sino que somos los que la contamos no más”, agregó Chamorro.