Día Internacional de la Educación

En diciembre de 2018 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero como el “Día Internacional de la Educación”, reconociendo con ello el rol de ésta última en el logro de un desarrollo sostenible que, además, considera y respeta los Derechos Humanos, permitiendo acceder a trabajos dignos, erradicación de la pobreza y mejora del acceso a la salud, generando por tanto una sociedad en donde todos y todas son respetados, considerados, valorados y reconocidos.

Hoy más que nunca es momento de repensar la Educación, esta pandemia nos ha permitido mirar más allá de las aulas y entender que educar es más que la entrega de conocimientos en un espacio físico limitado, en un horario determinado o la entrega de conceptos a través de una pantalla.

Estos dos años deben invitarnos a entender que los procesos educativos implican un cambio de mirada hacia los roles y jerarquías asumidos de forma dogmática durante tanto tiempo en las salas de clases, es momento de dejar de lado el miedo al análisis, la crítica y la reformulación de los escenarios; tiempo de entender que profesores y profesoras también necesitan apoyo, acompañamiento y reconocimiento; tiempo de entender que educar también implica escuchar, compartir, co-construir, dialogar, reflexionar, encantar y asombrar ; tiempo para derribar el individualismo, la competencia, la segregación y la injusticia implícita en las brechas existentes.

Si queremos educar para construir una sociedad justa, inclusiva, equitativa y con enfoque de derecho, esto implica generar espacios en que no exista excusa para brindar una educación de calidad, una educación como legítimo derecho, una educación que incluya el respeto de la cultura, raíces, medio ambiente, una educación que no fomenta la discriminación, estereotipos o prejuicios, una educación que invita a desarrollar el pensamiento crítico, la creatividad e imaginación, pero por sobre todo, una educación en que cada estudiante se siente incluido, respetado y escuchado, una educación que hace que las y los estudiantes vuelvan a creer en el futuro que tanto se les repite, porque han visto que sí existen oportunidades reales y están invitados a alcanzarlas sin temor y con esperanza. Hoy tenemos un gran desafío, es momento de construir una Educación de calidad, justa, inclusiva y equitativa para todos y todas.

Sandra P. Urra Águila
Directora Psicopedagogía
Directora Educación Parvularia
Universidad Andrés Bello