Paciencia Oriental
Hay dos proverbios…ambos venidos desde nuestras antípodas.
De Japón nos llegó; «Si te sientas junto al río el tiempo suficiente verás flotar el cuerpo de tu enemigo».
La versión china es; «Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo».
Tiene…a mi juicio…tres posibles interpretaciones. Como expresión de la paciencia sería una. Otra, catastrofista. Y una tercera, soterrada manifestación de mal agüero. Que el enemigo fracase, pierda y, en extremo, muera.
Los puristas de nuestros país, los que tocan a arrebato, los que se escándalizan ante algunas salidas de madre han puesto el grito en el cielo ante esa frase que se le coló a la presidente del Senado, la demócrata cristiana Ximena Rincón; «…va a sufrir y yo voy a tomar palco»…refiriéndose a Boric.
La prensa militante de izquierda y las redes sociales que maneja el colecivo «ESPOLON» (grupo de hábiles hackers que vigilan los muros de los «enemigos» con dos propósitos; denostar a la gente de derecha y denunciarlos sistemáticamente a Favebook para lograr sean bloqueados (de hecho…a mi me han censurado once veces en dos años…en cinco de ellos por treinta días)…le han dicho de todo.
Pero…no nos veamos la suerte entre gitanos.
Hagamos un poco de historia
La Democracia Cristiana escogió en enero de 2021, en una primaria interna a Ximena Rincón…quien le ganó holgadamente a Alberto Undurraga (hoy electo diputado) como precandidata a la presidencia de la República y quedó a la espera de lo que ocurriría con los otros partidos de la Concertación.
Sin embargo…en la opinión pública aparecía mejor posicionada la también senadora DC y presidente del Senado Yasna Provoste.
Entonces el grupo ESPOLON y toda la gente de izquierda inscritas en las muchas consultoras de opinión que hay en el mercado (de hecho yo mismo recibo de seis de ellas unas cien encuestas mensualmente) se dieron a la tarea de «inflar» a la Provoste de tal manera que a su partido no le quedó otra cosa que agachar el moño, acatar la voz de la calle, bajar a Rincón y subir a Yasna Provoste a la que los asesores de imagen y publicista del partido recomendaron lucir su muy telúrico (como diría Neruda) o ancestral apellido materno indígena (Campillay…Diaguita) que iba muy bien con los tiempos que corrían. Y además morenita y de colegio público (como alguna vez presumierá Izkia Siches.
En el medio político se sabía que tras esta «asonada» comunicacional contra la Rincón (que alguna vez había sido parte del directorio de la AFP Próvida estaba la mano del Frente Amplio y el Partido Comunista que dejaron muy claro que con la Rincón ni a misa. Que se olvidaran de primarias. Al final…tampoco fue con Provoste Campillay.
El Partido Comunista sacó mal las cuentas.
Creyeron que les sería más fácil vencer a Boric que está políticamente más cerca de ellos que a Provoste que representaba una izquierda moderada.
Y bueno…ya sabemos…el sparring le ganó al titular.
Entonces…a mi juicio…nada tiene de extraño que la DC en general (salvo alguien, claro) esté sentido con quien encabezará el gobierno entrante y pese a las declaraciones de buena crianza en contrario…creo que se entiende ..hasta se justifica la posición de no pocos…entre ellos muchos parlamentarios…que no le van a hacer las cosas fáciles…que esperan le vaya mal. Que esos juveniles arrogantes que se han permitido decir que la Concertacion es lo peor que le pudo pasar al país constaten que tan acertado es aquello de: otra cosa es con guitarra. Que si quiere sacar adelante sus proyectos estrellas y satisfacer las demandas de 18/10 tendrá que conversar con ellos. Y ahí le pasarán la cuenta.
Que en la Congreso no se repitió el triunfo arrasador de la izquierda en el plebiscito del Acepto/Rechazo (22% contra 78%) ni en el de los convencionales (37 contra 118). Que en diputados quedaron 45% contra 55% y en el Senado miti/miti.
Así que tiene razón la senadora Rincón…Boric va a sufrir…y es más de esperable que tome palco…tal como lo hicieron con ella cuando la defenestraron de la precandidatura.
Ya saben…el que a hierro mata…a hierro muere.
Alejandro Oglesias