Tras dos años de pandemia Lo Abarca volvió a realizar su tradicional fiesta de Cuasimodo

La tradición católica en que el sacerdote es acompañado por huasos de la zona estuvo suspendida por dos años debido a la pandemia; pero este domingo se realizó con decenas de jinetes acompañando el recorrido, que fue desde Lo Zarate a Lo Abarca.
Desde muy temprano comenzaron a reunirse los jinetes de todas las edades, quienes retomando la tradición del sector de Lo Abarca, volvieron a realizar su tradicional Fiesta de Cuasimodo, en que se lleva a los enfermos la comunión, acompañando al sacerdote en su camino, siendo esta además la única que se desarrolla el mismo domingo de Resurrección.
En esta ocasión, fue el padre Alejandro Santamaría, quien ahora es capellán en el Colegio Héroes de la Concepción, pero fue anteriormente párroco en el sector de Lo Abarca, quien encabezó el recorrido y posteriormente la misa de Pascua de Resurrección en la plaza de la localidad.
“Muy contento de que me hayan invitado, aun no hay párroco en Lo Abarca y yo fui en párroco en dos oportunidades en este sector. Así que me invitaron y estoy muy feliz porque en el fin de semana no hay colegio, así que aproveché de venir a participar. Me alegra mucho estar aquí, ver que los cuasimodistas mayores traspasen esta tradición a jóvenes y niños, para que no se pierda porque en realidad es un bonito acompañamiento a Jesús resucitado, especialmente con los enfermos. Eso es lo importante, es visitar a los enfermos, es motivo de traspasar nuestra esperanza a aquellos que más sufren y estando enfermos se ven muy limitados, pero reciben en el espíritu esto que los fortalecen”, comentó el sacerdote.
Asimismo, quien fuera párroco previamente de Lo Abarca destacó la participación que tuvo la comunidad en esta fiesta, “me alegro mucho verlos, especialmente después de tanto tiempo que no venía, ver tanta participación en este Cuasimodo, que es motivo para recuperar la fe, especialmente de aquellos que están más distanciados”.
Arcadio Orellana, integrante de la agrupación de Cuasimodistas Rurales, también se mostró contento por la buena participación, ya que, “no pensamos que iba a venir tanto huaso y tanta gente por la pandemia, pero nos encontramos con la sorpresa de que si vino harta gente. Lo que si este año tuvimos que hacer el recorrido de Lo Zarate a Lo Abarca, porque el padre no se ha sentido muy bien de salud, así que nos pidió que lo hiciéramos un poco corto. Pero salió todo bien”.
Cabe señalar que tradicionalmente los jinetes se reúnen en el sector de Lo Zarate, para luego partir hasta San Sebastián y posteriormente dirigirse hasta Lo Abarca, donde termina con la misa en la plaza del sector; sin embargo, este año fue el paso por San Sebastián el que no se realizó.
“Lo importante es que de a poco vamos retomando la tradición, son distintas generaciones las que participaron, vimos que hay harto niño este año, que nunca habían venido y este año participaron, lo que es bueno, para que vayan tomando esta tradición, que es el Cuasimodo de Lo Abarca, que es el único que se hace el mismo domingo de Pascua de Resurrección”, añadió el cuasimodista.
Por su parte, la hermana Brígida, quien es parte de la comunidad de Lo Abarca, también valoró el volver a la tradición del Cuasimodo, comentando que, “es solo alegría ver esta festividad y la gente que vino. Ahora a pedirle a Dios y Jesús resucitado que se acabe esta pandemia, para seguir retomando todas estas cosas hermosas que uno tiene de tradición. Estamos muy contentos, porque hubo mucha gente, además la misa fue preciosa, que es lo más importante para nosotros, celebrar esta festividad”.
Artesanía de Lo Abarca
La religiosa además señaló que en Lo Abarca están constantemente dispuestos a atender a la comunidad, quienes además pueden encontrar las tradicionales artesanías que tienen en la misma Parroquia.
“Por la pandemia nunca abrimos, y son poquitas cosas las que trabajo, pero si veo a alguna persona, o si conozco a alguien los invito a que conozcan las artesanías y así vienen a vernos”, comentó la hermana Brigida.
Ella lleva alrededor de 20 años trabajando en artesanías, algo que ha ido perfeccionando con el tiempo, siendo un oficio que se vincula a sus origines en la ciudad de Chiloé, donde era carpintera, trabajando con madera.
“Entonces, aquí cuando vine encontré más facilidad, porque hay luz eléctrica, tengo una maquinita y ahora hago esto. Que no es tampoco una especialidad muy grande, porque es algo más rústico, pero así a la gente le gusta mucho y todo esto lo vendemos y es un dentro para nuestra comunidad”, añadió la religiosa.