Pepito paga doble

Nuestros hombres de campo tienen un refrán que grafica magníficamente el tema que hoy pretendo desarrollar. Cuando algo se promete e incumple consuetudinariamente dicen; «Se va en puras guías y zapallos na’». Con ello se refieren a que hay matas de esta calabaza que tira esa suerte de dedos prensibles que se sujetan de donde sea para contener la mata…luego se llena de flores pero ninguna cuaja en un fruto. El gobierno decidió, después de varios disparos con balas de salva, los últimos en boca de Michelle Bachelet, tomar en serio el problema de los deudores CAE [Crédito con Aval del Estado] que…como todos sabemos es el medio más utilizado hoy día por quienes quieren (o quisieron) estudiar una carrera universitaria tras el dorado esplendor del «cartón» que aún hoy no pocos padres de familia creen e incluso esperan les ayude a salir del marasmo de su mediocre vida. No es gratuito que muchos presuman ser el primer miembro de la familia en ingresar a una casa de estudios superiores.
Sin duda hay un legítimo orgullo en esa expresión, ser primera generación universitaria.
Y fueron tantas las familias que hicieron denodados esfuerzos económicos para que esos hijos disfrutaran del beneficio que tal condición aseguraba.
Entonces en el gobierno de Lagos se creó el CAE, un instrumento económico bancario para financiar las siempre muy caras carreras.
Hoy los deudores CAE suman SEISCIENTOS SETENTA MIL individuos y afecta especialmente a mujeres y quienes desertaron de la universidad.
Por ello al gobierno le interesaba tener un perfil del deudor CAE. Entonces cruzó información de la Comisión Inicia y el Servicio de Impuestos Internos
Y los resultados no pueden ser más desalentadores. Según la operación renta 2020 el 38% de los deudores CAE gana menos de $250.000. El 69% menos de $750.000. El 81% menos de $1.000.000.
Solo el 8% obtiene rentas sobre $,1.500.000 y el 1% por sobre los $2.500.000.
No cabe duda que para la inmensa mayoría el título universitario no fue la panacea que esperaban.
Pero ¿como se llegó a este desastre?
A 1973 en Chile existían ocho universidades. Dos públicas (de Chile y Técnica) y seis privadas, con subsidio estatal, entre ellas la de Concepción, técnica Santa María y la Adolfo Ibañez.
La dictadura intervino desde el día uno a todas ellas y nombró rectores delegados para cada cual y se dedicó con esmerado afán en reprimir a alumnos, docentes y administrativos opositores.
Mediante el Decreto N°2 del 3 de Enero de 1981 procedió a desmembrar a las universidades estatales creando nuevas a partir de las sedes regionales que tenían a lo largo del país tanto la U como la UTE e «inventado» la universidad de la educación a partir del tradicional Instituto Pedagógico, la UMCE.
Pero este decreto fue más allá, declaró la más completa libertad de enseñanza superior para permitir la creación de universidades privadas
Fue así como se fundaron 29 universidades seis de las cuales fueron posteriormente eliminadas (recuerden la Arcis y la del Mar) y otras se fusionaron.
Llegamos a tener 30 establecimientos de educación superior en Santiago, 14 en el norte, 16 en la zona centro sur.
Hoy el 33% de ellas son tradicionales, el 27% derivadas de la división que ya mencioné y el 39% privadas
Tal crecimiento trajo consigo un problema predecible. En el país no habían suficientes profesiones de buen nivel académico para ser profesores.
Ello se tradujo en que las nuevas universidades no tenían la suficiente cantidad de docentes apropiados de dedicación exclusiva. Tampoco cursos de postgrado ni doctorados. No hacen investigación y sus sistemas de acreditación suelen ser más bien mediocres.
Por otro lado…en un afán por captar alumnos/clientes sus procesos de selección son más bien relajados. Hay las que para las pedagogía no pedían puntajes mínimos.
Y además descubrieron una mina de oro «inventando» carreras a partir de especialidades técnicas a las cuales les antepusieron el vocablo «Ingeniería en».
A fines de los 60 en nuestro país habían 95.000 estudiantes universitarios.
El Instituto Pedagógico a fines de los 70, cuando ingresé tenía 3.500 alumnos sumando a los de Periodismo. Hoy son 8.700 sin contar a los futuros chicos de la prensa.
La matricula de 2021 fue de 1.200.000.
A cifras del mismo año el 28,8% de ellos desertaron, es decir, 300.000 jóvenes, muchos de los cuales quedaron endeudados con el CAE.
Entonces hoy se habla de condonar las deudas (como también se acaba de informar que se pagará la deuda histórica con los profesores.
Que ambas tan anheladas iniciativas se den a conocer a seis semanas del plebiscito de salida da para más de una disquisición suspicaz…pero eso sería tema de otra columna.

Alejandro Iglesias