Cuando el bolsillo aprieta, prevenir accidentes laborales es clave
En tiempos en que los bolsillos se deben apretar, como el actual en que la economía mundial vive transformaciones nunca antes vistas de la mano de la tecnología y otros factores, un accidente o enfermedad laboral es una de las peores noticias que se puede recibir. De allí que la prevención sea hoy una clave mundial que las empresas y gobiernos deban incorporar en sus políticas de gestión para ser eficientes.
Frente al clásico argumento que dice que prevenir es muy caro, las investigaciones y experiencias concretas abundan en ejemplos de lo contrario. Prevenir es ahorrar.
Así lo destaca la Directora Nacional del Instituto de Seguridad Laboral (ISL), Aída Chacón Barraza, quien subrayó la importancia de la prevención: “un trabajador o trabajadora que sufre un accidente o enfermedad laboral, es una persona que requiere la mayor y mejor atención y allí, la solidaridad del sistema que asegura la Ley 16.744 puede ser incluso vital. La prevención, entonces es el único camino para que las familias eviten traumas imposibles de dimensionar en lo físico y mental. Las empresas son coresponsables de esa prevención y también se benefician de que sus empleados no se accidenten o enfermen por eso, para ellas es una inversión prevenir”.
“La situación macroeconómica en la actualidad, particularmente a partir de los efectos globales de la crisis de la Pandemia Covid-19, ha generado una presión hacia la informalización laboral, que presiona hacia la proliferación de riesgos laborales, lo que se traduce potencialmente, en mayores posibilidades de sufrir accidentes y/o enfermedades laborales”, explicaron en el Departamento de estudios del ISL.
Es importante clarificar cuáles son los costes, humano y económico, que implica invertir en prevención para una empresa y así intentar despejar ideas infundadas; para ello, entenderemos como coste humano el daño que sufren los afectados directos y sus familias (lesiones físicas, dolor, pérdida de trabajo, necesidad de atenciones médicas y/o rehabilitación, hasta disminución de autonomía, alteración en proyectos de vida, etc.). El coste económico, en tanto, se refiere a los gastos y pérdidas materiales que el accidente o la enfermedad ocasiona para la persona y su familia, como el deterioro de materiales y equipos, y baja en tiempo de trabajo para la empresa y sus compañías aseguradoras, las arcas públicas y la sociedad en general. Todos ellos son consecuencias visibles, pero un accidente o enfermedad laboral incluye, además, aquello que no vemos.
Entre los costes invisibles figuran los días que el empresario paga, pero que tanto las personas afectadas como sus compañeros dejan de trabajar por lo sucedido; los derivados de la contratación de un substituto (no sólo salariales, sino también por la selección, capacitarlo y el tiempo que tarda en ser igualmente productivo/a, etc.); los que se suman por las pérdidas o daños de materiales, equipos, o por el aumento de primas de seguros, etc. y los producidos por pérdidas de ventas o clientes, daños a la imagen de la empresa, por ejemplo por no poder atender a tiempo los pedidos o solicitudes de clientes.
Cada empleador debe considerar como parte de la prevención el cálculo previo de esos costes para evitar que el accidente o enfermedad laboral le resulte aún más costoso.
De igual forma, los trabajadores suman lo suyo y es relevante subrayar que es imposible compensarlos por daños morales de un accidente o enfermedad laboral y que, además, las compensaciones que reciban nunca cubren los costes económicos reales.
A los empresarios y trabajadores se debe agregar el coste que sufren las arcas fiscales por los accidentes y enfermedades que no asumen las empresas ni los particulares.
“En este sentido, es fundamental que tanto las y los empleadores y trabajadores, desde un enfoque que salvaguarde derechos laborales, logren establecer estrategias de gestión de riesgos y promoción preventiva para hacer frente a los desafíos que se plantean. El proceso de actualización de la Política Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo en curso, se presenta como un escenario de oportunidad para avanzar en la materia, y redoblar compromisos”, destacaron en el ISL.