Los objetivos no cumplidos del Brexit
El próximo 23 de junio se cumplirán siete años desde que, mediante un plebiscito, los británicos resolvieron abandonar la Unión Europea y ha transcurrido un tiempo suficiente –más de tres años- desde que se concretara la medida, para evaluar si los resultados de tal acción han sido positivos o negativos para el Reino Unido.
A juzgar por la opinión de los habitantes de dicho país, los resultados de la medida -concretada el 1 de febrero de 2020- han resultado más adversos que beneficiosos. Actualmente las encuestas reflejan una frustración con los efectos producidos, de tal forma que más del 63 % de los británicos estima que se han creado más dificultades, que empeoran la situación del país, comparado con los tiempos en que se formaba parte del esfuerzo de integración europeo.
Las expectativas, que ofrecieron los impulsores del Brexit, se situaban en la perspectiva que el Reino Unido enfrentaría más adecuadamente, de forma individual, una serie de desafíos que se le presentaban, considerando un obstáculo la pertenencia a un marco asociativo como es la Unión Europea.
Las dificultades que se presentaban estaban situadas en los ámbitos migratorios; requerimientos sociales, particularmente en el ámbito de la salud, acceso a precios más bajos en los productos de consumo y bienes de capital, en la perspectiva de flexibilizar los aranceles que le imponía la pertenencia comunitaria. Además, se estimaba que estarían en condiciones de reemplazar eficientemente el marco de acuerdos con los socios europeos mediante tratados de comercio bilaterales con una serie de países, entre ellos uno especial con Estados Unidos de Norteamérica.
Es precisamente el no cumplimiento de estas expectativas las que han generado desencanto con la medida adoptada, de dejar de formar parte de los entonces 28 integrantes de la Unión. Lo señalado en su momento por Ángela Merkel cobra especial vigencia, en el sentido que no es con menos, sino con más integración la forma de enfrentar los grandes desafíos actuales. Resulta evidente que no es con conductas individuales, sino con una colaboración entre los Estados la forma eficiente de enfrenta problemas que son comunes. Es una lección que debe ser asumida.
Edgardo Riveros Marín
Académico Facultad de Derecho y Humanidades U.Central