Pensamientos en Vuelo: la personal obra del artista Manuel Yuffer Kowald

El artista, que actualmente reside en el sector de Llolleo, muestra sus emociones, pensamientos, vulnerabilidad, vivencias e historia en estas obras, las cuales son retratadas con pintura y palabras.
Manuel Yuffer Kowald es un artista autodidacta, quien en Pensamientos en Vuelo presenta un recorrido artístico, en el cual mediante aves, paisajes y otras imágenes, da vida a sus expresiones y una historia que ha querido compartir.
“El arte siempre fue una forma de respiro, algo que parte desde que soy muy pequeño, parte de estas casualidades de la vida con pintar en casa, con cámaras fotográficas de mi mamá, acercándome cada vez más al arte cuando entré al colegio, estudie en el San Ignacio de Alonso Ovalle y en ese lugar, gracias a la ayuda de los encargados académicos, se me fue instalando mucho más este lado artístico y me incentivaron a participar en los primeros concursos y convocatorias para artistas”, relata el artista.
Es ahí donde parte su trayectoria, siendo la fotografía el área en que inició y donde obtuvo su primer premio, con la municipalidad de Santiago en una de las primeras ediciones del concurso fotográfico de la diversidad, con una fotografía que se llamaba Sin Ruido al Andar. Eso llevó a que la misma municipalidad comprara los derechos de autor de la foto, siendo además una experiencia que le permitió saber más sobre el mundo arte, su presentación, etc.
Ese fue solo el inicio, ya que de ahí comenzó una serie de participaciones en distintos instancias, como en concursos de la Universidad del Desarrollo, además del Museo de las Bellas Artes de Santiago, en esta ultima exponiendo sus fotografías en una de sus salas.
Manuel Yuffer Kowald dice que, “la pintura siempre estuvo, este tema de probar técnicas nuevas, aplicar acrílicos, acuarelas, ver qué cosas podían suceder, que pasaba cuando se mezclaban, todo esto con ayuda de Carolina Calderón, que en ese momento era mi profesora y gran amiga. Ahí se fue desarrollando todo lo que es la pintura y fue el inicio de esta búsqueda. Pero cuando empecé a conocerme más, cuando empecé a descubrir quién era, me di cuenta que tenia ciertos rituales constantes; uno de ellos es que escribo, tengo muchos pensamientos”.
Da lo mismo el tipo de papel, lo importante es escribir dice el artista, ya que ahí plasmaba lo que soñaba, lo que pensaba, sus emociones, entre otras; todo esto fue generando un relato, casi una especie de diario, donde aparecieron los primeros indicios y analogías sobre cómo se sentía respecto a las aves, como veía reflejada su vida en torno a ellas.
Esto dio inicio a un proceso, siendo tras el estallido social donde decide venir a vivir a Llolleo, un lugar que describe como un espacio que siempre lo recogió, siendo este el espacio en que decidió hacer su nido. Es aquí donde mientras continuaba con su pintura noto que este era un lugar que si bien había estado, no conocía, viendo ahora desde una perspectiva distinta, cuando se dio cuenta que el mar no solo era un acompañante a través de su ventana, sino que también las visitas a la Playa de Llolleo fue un punto de encuentro con lo más intimo de las aves, generando un lazo con ellas.
“Estas caminatas no solo fue darse cuenta del humedal Ojos de Mar, el Parque Humedal Río Maipo, el Estero de Llolleo, la Desembocadura, fueron y son el punto de observación y una fuente de protección emocional y de creación. Empecé a observar comportamientos de las aves, los cuales no había observado antes, ciertos movimientos, ciertas relaciones. También me di cuenta que a mi jardín llegan muchas aves, llegan aproximadamente 13 especies. Así empecé a darme cuenta como mi propia casa y jardín se empezó a hacer en torno a ellas, para que tuviesen un lugar claro”, comenta Yuffer Kowald.
En ese tiempo comenzó a ver señales en su vida diaria, lo que se conectaba nuevamente con sus obras, como podía plasmar sus pensamientos a través de esta figura de las aves.
“Estos cuadros no son una pintura naturalista, sino que son mi alma, son aves que conectaron, que me afectaron, que generaron un relato y soy yo a través de ellas. Son emociones que estoy viviendo, son cuadros con mucho significado; por ejemplo, hay un cuadro que es una garza que está muerta, alrededor de flores que se llaman narcisos y es un cuadro súper potente. Con estas obras pude relatar lo que me estaba pasando, lo que estaba sintiendo y viviendo en torno a las pinturas, que es algo que fue inconsciente, cuando el cuadro ya estaba avanzado o se terminaba me daba cuenta de lo que había pasado y porque había pintado otro, era como otro Manuel, como si mi alma estuviera hablando en los pinceles, me estaba dejando llevar entre los tubos de oleo, entre los distintos tipos de aceite y simplemente mezclaba colores, se combinaban pigmentos, se tomaban pinceles y hacían lo suyo. Así las aves fueron apareciendo”, explica el artista llolleíno.
Exposición
Fue una gran cantidad de obras las que pudo llevar a cabo, trabajando hasta febrero de este año en los últimos detalles, es que el artista decidió realizar una exposición itinerante, la cual actualmente se encuentra en la Casa de la Cultura de Santo Domingo, con más de una veintena de cuadros.
“En todo el proceso siempre fui montando un dosier y fui viendo la obra a través de un documento, pero me pasaba que las obras normalmente las publicaba y se vendían. Entonces, no había pinturas, tenía solo los que me quedaban, se estaban secando o construyendo. Ahí tuve que recurrir a pedir ciertos cuadros que me habían comprado, sobre todo coleccionistas privados. En total el proceso comenzó poco antes del estallido social, algo que hace este recorrido de hechos y sucesos vividos, traumáticos, alegres que fueron generando un cambio en mi, una conexión y eso mismo lo que hace la selección de estos veinte y tantos cuadros, fue seleccionado en torno a la emoción que estaba detrás” señala el pintor.
Obras
El recorrido de la exposición parte con una obra titulada Danza de mis Emociones, donde retrata siete garzas en papel, en la desembocadura del Río Maipo, que es una constante en sus trabajos. Este cuadro nació cuando descubrió que había siete emociones que tenia y quería decir siendo una obra hecha a medida para un marco japonés que tenia Manuel Yuffer Kowald, que es de material de bambú.
El pasado fin de semana comenzó oficialmente esta exposición visual y sonora de Pensamientos en Vuelo, partiendo en la Casa de la Cultura de Santo Domingo, ubicada en calle Los Jazmines #29, frente a la Plaza de las Flores, la cual estará disponible hasta el 2 de mayo, funcionando de martes a sábado desde las 10:00 de la mañana, hasta las 18:00 horas.