Una comparación que molesta mucho

Si existe algo que hay que reconocer, es que en las últimas décadas las posibilidades de estudiar carreras universitarias en Chile se han abierto a casi todos los jóvenes que lo DESEEN, ya sea con el apoyo de sus familias u optando y postulando a subsidios y préstamos o en algunos casos puntuales con gratuidad total por pertenecer al 60% de los hogares de menos ingresos del país. A la vez; «Hay jóvenes a diferencia de otros ; que pueden optar a becas por reparaciones o becas a estudiantes de pueblos originarios”; siendo esta última frase ennegrecida y entre comillas, una COMPARACIÓN que cae favorablemente en un análisis comparativo con un resultado de carácter compensatorio justo, decente, correcto y sin cotejos negativos por donde se le mire.
La primera beca mencionada está destinada a personas detenidas o desaparecidos (Beca Valech); con un beneficio directo a los hijos o a los nietos de estas mujeres y hombres que han sido víctimas directas de prisión política y tortura con resultado de muerte o no. La segunda beca (Beca Indígena) va en ayuda directa a los estudiantes de las etnias de los pueblos originarios chilenos.
Siempre he dicho que las comparaciones llegado el minuto, queramos a no, son muy necesarias, aunque a veces estas no sean bien vistas como la que menciono a continuación. A muchos nos inquietan y alteran los $32.000 recibidos mensualmente depositados en las cuentas electrónicas de las tarjetas JUNAEB de los estudiantes universitarios chilenos que perciben ese monto por un máximo establecido de 10 meses (de marzo a diciembre) o mejor dicho, a muchos chilenos nos descompone e intranquiliza los miserables $1.600 diarios que estos reciben para tratar de alimentarse mediocremente todos los días en sus jornadas estudiantiles, versus los desmesurados privilegios y sueldazos de los senadores y diputados chilen@s; haciendo que estos ingresos percibidos por los del hemiciclo caigan en una COMPARACIÓN que da mucha rabia en este tan largo e injusto país.
Las cifras en pesos son lapidarias y desfavorables desde el punto de vista ético para la astuta y zorra clase política chilena. Sin ahondar ni caer en números exactos en los distintos ítems de los sueldos de nuestros ilustres, con cantidades estadísticas abusivas o con aburridos y desfavorables detalles matemáticos, en largos desgloses con negativos resultados comparativos y en desmedro de nuestros diputados y senadores, sólo doy de nuestra un botón. “Los senadores y diputados en Chile con todas sus dietas y asignaciones por doquier ganan alrededor de $30.000.000.- y $20.000.000.- respectivamente.”
Una comparación que altera la mente del ciudadano chileno y la opinión pública internacional por la DESCONEXIÓN de nuestros líderes con su pueblo con esta cruda realidad que sorprende hasta al más frío simpatizante del estallido social; pues aún están presentes tantas desigualdades en nuestra realidad nacional. Muchos se preguntan, “¿Por qué algunos estudiantes en Chile después de este supuesto despertar ciudadano, aún adeudan dinero por haber estudiado? Y ¿Por qué existen estas desigualdades entre los que estudian esforzadamente con o sin becas, alimentándose con miserables $1.600 diarios versus y en COMPARACIÓN a los honorables del país? La respuesta para mí es muy simple: “Nuestra clase política no ha aprendido nada del levantamiento social y lamentablemente no han corregido sus abusivas cifras sin empatizar con esta cruda realidad”.

HUBERZZA