La mano de Dios

En general…y lo asumo como una opinión muy personal…creo que somos una subcultura de deshonestos.
Chile es conocido en Europa por Salas, Zamorano, Neruda, Pinochet y los lanzas.
Lo he contado. Allá por los 80 conocí a un joven ingeniero agrónomo salido de la Universidad Católica.
Familia de muy buen pasar. Su padre era dueño de la barraca de madera más grande de. Santiago…ahí en la esquina de Santa Rosa y Pintor Cicarelli.
Postuló y ganó una beca para ir a estudiar un post grado a la Universidad de Lovaina…Bélgica…donde por aquellos años los democratacristianos peregrinaban con el mismo propósito…tal como los Socialistas iban a la Alexander von Humboldt en la RDA y los Comunistas a la Patricio Lumumba en Moscú.
Y este conocido mío contaba como gracia que durante los seis meses que había estado allá jamás había pagado el pasaje en la locomoción colectiva porque el sistema era burlarte.
Tampoco pagó por el periódico que leyó diariamente y nunca compró leche ni yogur ni queso fresco porque los tomaba desde la puerta de cualquier vecino a quienes se los dejaban en la puerta de sus casas.
En Chile…en cifras al 2017 el llamado robo hormiga significó una perjuicio de 250 MILLONES DE DÓLARES a supermercados y tiendas del retail.
Entre enero y abril del año pasado sólo en tres Jumbos de Santiago se habían robado NOVECIENTOS MILLONES DE PESOS.
Quien no ha visto mientras recorre las góndolas de un supermercado a personas bebiendo o comiendo algo que acaban de hurtar y cuyo envase lo dejan camuflado en cualquier parte.
Antes inspectores recorrían las ferias libres con unos tejos de prueba para controlar que aquellas romanas mecánicas de aquellos tiempos estuviesen bien calibradas.
Fueron reemplazadas por las digitales que…de no estar sobre una superficie debidamente nivelada
no marcan el peso correcto. Y ya no hay inspectores que vayan a controlar que estas estén bien niveladas y calibradas.
Por lo menos ya no se vende cosa alguna por docena.
Las manifestaciones de deshonestidad son tan frecuentes y hasta contadas como gracia que los niños aprenden que si se puede…si se da la oportunidad…si pillan alguien pajarraco «perdió no mas».
¿Quién devuelve el vuelto que le dieron de más? ¿Quién le avisa al señor que se le cayó un billete?
Nos admiramos de las trampas que cometen partido a partido los jugadores de fútbol. Esos que simulan lesiones…que caen estrepitosamente al suelo con su rostro desencajado por el dolor…hasta que…si logró engañar al arbitro…se cobra una inexistente infracción.
Hemos ido por la vida copiando en las pruebas, negando ser autores de los destrozos que hemos hecho en nuestras casas…mentido en nuestros currículum.. no devolviendo aquello que nos han prestado…haciendo perro muerto si las condiciones se dan. Comprando falsos carnet de Fonasa…sacándonos partes…vendiendo como de primera lo que es de segunda…llevándonos los expedidores de alcohol gel que ponen a nuestra disposición. El confort de los baños públicos y las toallas en los hoteles
Nuestro eslogan ha sido; Si las dan las tomo.
Tal vez si lo más estremecedor es la ausencia de culpa…enmascarada con la sentencia esa de; ¡Que importa si total ellos tienen!
Es lo que los cínicos llaman «viveza criolla».

Alejandro Iglesias