Los mala leche

Todos alguna vez en nuestra existencia nos hemos topado con algún personaje al cual le queda como anillo al dedo éste título de la crónica de hoy, y del mismo modo, no podemos desconocer que en determinadas circunstancias nosotros también hemos incurrido en esta conducta tan nociva.
Los mal intencionados abundan en la fauna chilensis en especial en la redes sociales y en los lugares de trabajo, que es el lugar donde más nos interrelacionamos con estos. En estos escenarios deambulan personas que tienen distintos tipos de formaciones o conceptos y valores de vida muy diferentes entre sí.
Es un abanico de colores o un arco iris de arquetipos de seres humanos con los cuales tenemos que aprender a compartir en nuestro día a día laboral y tratar de no contaminarnos con su MALA LECHE, en especial con los que reúnen características como las de burlarse en demasía de los demás, los resentidos y los rencorosos; siendo estas conductas un conjunto de negativos pero humanos sentires que tanto daño hacen cuando no son bien manejados o tratados a tiempo en lo mental o lo espiritual.
Estos sentires terrenales tan perjudiciales para la esencia pura del ser humano, no solo están enfocados hacia la envidia a lo material sino que al contrario, muchos apuntan a otros atributos como por ejemplo, tu personalidad, tu educación, tu talento, tu energía, tu esfuerzo, tu estampa o simplemente tus ganas de vivir y superarte.
La MALA LECHE en casos puntuales, creo que jamás se renovará por una buena leche, estos individu@s serán agrios e hirientes de por vida no obstante, ellos alguna vez en su vida, tienen que tratar de endulzar un poco su alma amarga y atribulada para que su existencia terrenal no sea tan insana.
Primero tenemos que reconocer que estamos siendo unos MALA LECHE y que tener responsabilidad con nuestros pensamientos y aún más, con nuestras acciones y palabras, practicando la empatía y el sano humor, y a la vez creyendo que seremos capaces de revertir lo negativo que daña enormemente a nuestro ser y a los demás.
La clave de todo, es la actitud positiva que tengamos en este aspecto, enfocándonos siempre en los atributos buenos de las personas con quienes nos relacionamos, ya que queramos o no, esa actitud genera indiscutiblemente armonía en los lugares de trabajo.
Seamos generosos, inclusivos y docentes con nuestros semejantes en general, pensemos y no seamos tan individualistas ya que el egoísmo es demasiado negativo en sí.
Cuando estos MALA LECHE te saquen de tu centro o te desarmonicen, aléjate de ellos diplomáticamente, sin aspavientos y sin caer en discusiones ya que, lo único que harán es sacarte de tu equilibrio emocional.
En el fondo tenemos que aprender a vivir con ellos y que sus acciones y opiniones de MALA LECHE no afecten tu templanza.

HUBERZZA