Día Mundial de la Prevención del Suicidio

Psicólogo del Hospital Claudio Vicuña aborda las señales que deben encender la luz de alerta en el caso de los adolescentes
A pocos días de la conmemoración del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, el psicólogo del hospital Claudio Vicuña, José González Soto, abordó las señales que deben preocupar al entorno más cercano de los adolescentes, que producto de los cambios propios de la edad, podrían pasar desapercibidos para padres y profesores.
Al respecto, el profesional que se desempeña en la Unidad de Salud Mental Infanto Juvenil, puso especial énfasis en la oportuna detección de cambios bruscos de comportamiento y el ánimo. “Ante un adolescente que deja de socializar o realizar actividades que solía desarrollar y que presenta un malestar psicológico subjetivo, se debe consultar con un profesional”.
“Se deben visualizar cuáles son las condiciones individuales, familiares y sociales-culturales actuales, si está sufriendo de bullying, población LGTBIQ por ejemplo, si a eso se suma una enfermedad o trastorno mental a la base y si el joven no siente apoyo de su entorno, aumentan los factores de riesgo”, dijo José González.
Según lo expresado por el psicólogo, en el área individual están incluidos el estrés muy profundo ocasionado por eventos traumáticos no abordados, como un duelo complejo o un abuso registrado en la infancia, los que deben ser tratados a tiempo por un equipo interdisciplinario.
“Es relevante observar en qué contexto se encuentra el paciente adolescente, si tiene familiares con antecedentes de enfermedades de salud mental o historial de comportamiento suicida, del mismo modo si posee un diagnóstico grave o crónico en salud mental, existe un alto riesgo de ideación suicida o de autolesiones”, explicó el profesional, que añadió que para disminuir el impacto de estos factores “se debe ofrecer un clima familiar, escolar y social armónico-saludable en el medio comunitario, además de atender la propia etapa del ciclo vital”.
Finalmente, el psicólogo explicó que todo comienza con la ideación, luego sigue la planificación y termina con el intento o concreción del suicidio, por lo cual enfatizó que es un mito “que no es bueno hablar del tema con los adolescentes, al contrario, es mucho mejor que no abordarlo”.